jueves, 31 de enero de 2013
Capitulo 9. El discurso del presidente
Un buen día, el presidente fue a dar un discurso en la clínica donde estaban todos los afásicos (personas que sufren trastornos en el lóbulo temporal izquierdo), éstos no paraban de reírse, y es que a una persona que padece de afasia no se le puede mentir con palabras porque no las entienden, ellos se fían de lo gestos, del tono de voz… para entender lo que se les está diciendo, y el presidente mentía tanto con sus palabras (ya que es muy fácil) pero con los gestos no les podía mentir (porque resulta muy difícil ya que salen sin ser “pensados”). En el libro hace la comparación entre un perro y un afásico, dice que en este caso los dos son muy parecidos porque ninguno entiende de palabras y se guían por los gestos. Más tarde nos habla de lo pacientes con agnosia total (pacientes (tienen trastornado el lóbulo temporal derecho) totalmente opuestos a los que padecen afasia porque carecen del sentido de la expresión y del <<tono>>, pero que conservan la capacidad de entender las palabras) que en el discurso sólo podían fijarse en los movimientos del presidente, y aquí el caso de Emily D. que estaba perdiendo la vista muy rápidamente y no podía concentrarse tanto como antes en los movimientos, ella propuso que los que hablasen con ella lo hiciesen en prosa, el presidente no hablaba en prosa, por tanto, no convenció a Emily. A todos los seres humanos se nos puede engañar con las palabras mientras que a los afásicos o a las personas con agnosia total no se les puede engañar ni conmover tan fácilmente.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario