El señor William Thomson estaba en la consulta, confundió al Dr.
Sacks con Ton Pitkins, luego con Hymie y después con Manners, hasta que
al final se dio cuenta que estaba en una consulta y no en su tienda como
había creído hasta ahora; le preguntó al Dr. Sacks si estaba loco y qué
hacia allí. El Dr. Sacks le dijo que tenía un pequeño trastorno en la
memoria y dificultades para recordar e identificar a la gente y él le
dijo que era cierto porque confundía a personas con otras. El Sr.
Thomson identificaba a mucha gente en poco tiempo para intentar acertar,
no tenía inseguridad en sí mismo. Solía estar desorientado porque
pasados unos segundos ya no se acordaba dónde ni con quién estaba.
Experimentaba un sueño de situaciones, imágenes y gentes en perpetuo
cambio, transformación y mutación continuas. William vivía en un mundo
fático, estable, plenamente normal. Cuando William hizo un viaje subió a
un tren y el taxista dijo que era sorprendente hablar con él que le
contó muchas historias y se notaba que había estado en muchos sitios
pero pronto le aclaramos que no era así, que no era exactamente una sola
vida, que era una cuestión de identidad.
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