La señora B., antigua química, había experimentado un cambio de
personalidad, se volvió chistosa, impulsiva y “superficial”, su amiga
decía que ya no se preocupaba por nada.
Al principio creían que
era hipomaníaca pero luego se dieron cuenta que tenía un tumor cerebral.
La Sra. B. tenía un carcinoma inmenso que afectaba a los sectores
orbitofrontales de los dos lados frontales.
La primera impresión que tuvo el Dr. Sacks de ella fue que era una chica muy alegre y divertida.
La
Sra. B. le dijo al Dr. Sacks que parecía un cura (padre) por la barba,
una hermana por la bata blanca y un médico por el estetoscopio, el Dr.
Sacks se quedó muy extrañado con eso y le preguntó si lo miraba a él en
absoluto y ella contestó que no. Conocía la diferencia entre
padre/hermana/médico y también entre izquierda/derecha pero decía que no
significaba nada para ella, el Dr. Sacks le preguntó que si ese “no
significar nada…” le molestaba y ella le contestó que no.
En el
rostro de la Sra. B. no se reflejaba ninguna expresión de ayuda; su
mundo estaba vacío de sentido y de significado; nada resultaba ya “real”
(o “irreal”); todo era “equivalente”o “igual”; todo el mundo había
quedado reducido a una insignificancia jocosa. Esto le parecía muy raro
al Dr. Sacks y también a las amigas de la Sra. B., pero ella se mostraba
indiferente, despreocupada. La señora B. no estaba presente como
persona.
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